¿Por qué a los niños no les gustan las verduras? Por instinto de supervivencia
Es la conclusión a la que llegaron tras un estudio psicológico en la Universidad de Yale, en el que analizaron a casi 100 niños entre 8 y 18 meses mientras éstos, sentados en el regazo de su padre, jugaban con diversos objetos siendo más reticentes a tocar plantas antes que otros objetos artificiales.
Al bebé se le presentaban 6 objetos distintos, uno de cada vez, se le ofrecían para que jugase con ellos y se medía el tiempo de respuesta (querer alcanzarlo). En promedio tardaban 3,4 segundos en tocar las conchas y caracolas, 4.6 segundos para lámparas y cucharas pero tardaban casi 10 segundos en acceder a tocar plantas de perejil y albahaca. Las plantas artificiales también provocaron un mayor tiempo de respuesta. Y se separaban de los platos de habichuelas.
No es que teman a las plantas, sino que una vez identifican un objeto como una planta desarrollan un comportamiento en el que se inhiben del contacto físico con la planta.
Según los investigadores esto es debido a que la evolución humana ha programado biológicamente a los bebés para que no toquen plantas que pueden contener toxinas que usan como defensas ante los depredadores. Alguna de estas sustancias pueden llegar a ser mortales si se ingieren, y otras son defensas físicas, como pinchos, espinas y aceites nocivos que pueden irritar, dañar los tejidos y causar efectos sistémicos.
Las estrategias de comportamiento que de forma innata presentan los bebés les ayudaría a sobrevivir reduciendo al mínimo la exposición o contacto físico con los riesgos que pueden plantear las plantas, especialmente durante la época en la que son más vulnerables a daños o enfermedades. Este sería el resultado de siglos de prueba y error por parte de la humanidad.
En estudios psicológicos como el planteado el resultado es siempre una teoría, ya que los bebés no pueden decir claramente porqué hacen lo que hacen. Si estuviéramos estudiando la eficacia de estos comportamientos sobre la supervivencia y/o salud de los bebés, los datos serían mucho más sencillos de entender y sería más fácil llegar a una conclusión.
En este caso podríamos achacar esa demora a olores en los propios objetos o a lo llamativo del objeto presentado. Esta teoría se une a otras posibles explicaciones de la reticencia que tienen los niños a las verduras: su sabor amargo, que son poco calóricas o que tienen menos sabor sabiendo que hay una tendencia innata a buscar alimentos con sal, azúcar y grasa.
En realidad el motivo no es importante.
El hecho de que no quiere comer (o tocar) plantas o verduras debería ser suficiente para entender que si el bebé no se siente atraído por la verdura, no hay que obligarle a comerla.
A veces subestimamos la capacidad de nuestros bebés para sobrevivir, sin darnos cuenta que en ese tema pueden darnos lecciones como pequeñas máquinas de supervivencia que son. Desde la sonrisa social que presentan hacia el mes de vida o que son capaces de regular por si mismos cuando y cuanto deben comer con un 100% de acierto por su parte
El problema puede presentarse cuando decidimos uniteralmente que es hora de que coman verdura. Nuestros motivos pueden ser que necesitan fibra, minerales, vitamina C, o ir acostumbrándose a comer de todo.
Fibra, minerales y vitamina C pueden encontrarse en frutas, es menos probable que rechacen la fruta (sabor dulce innato) aunque ninguno de ellos sea necesario para bebés de pecho.
El hecho de querer que coman de todo, quizás necesita esperar a que el niño sea mayor, o simplemente que viendo comer verduras a sus padres (aprendizaje vicario) y familiarizándose poco a poco con la verdura, probando distintas combinaciones, se vayan acostumbrando y no sea una pelea el que la coman.
Ya sea como instinto de supervivencia o porque simplemente no les apetecen, los motivos que tienen nuestros bebés para no comer verduras existen, son reales y hay que ser respetuosos con ellos en la medida de lo posible. A veces un poco de comprensión evita muchos lloros.
Más información:
Annie E. Wertz, Karen Wynn, Thyme to touch: Infants possess strategies that protect them from dangers posed by plants, Cognition, Volume 130, Issue 1, January 2014, Pages 44-49, ISSN 0010-0277, enlace
19 comentarios
¡Ups! ¿Puedo ser un poco exigente? Cuando he leído el título del artículo he pensado que hablaba de niños ya crecidos, pero se centra en bebés.
Por cierto, me ha llamado la atención porque yo fui una niña rarita con devoción por las acelgas, las espinacas y los espárragos, además de comer pescado como una posesa (otra "bicha" de muchos niños), disfrutar con un filete poco hecho y no volverme loca por los espaguetis, aunque tampoco me disgustaban. También me gustaban desde pequeñita cosas amargas como la endivia y la espinaca. Un montón de años después me tengo que hacer pruebas de celiaquía: ¿instinto de supervivencia que de pequeña me hicieran los ojos chiribitas ante un plato de acelgas y con los espaguetis dijera "Bueno, vale" :D? A todo esto, por lo que me han contado, si de bebé la papilla llevaba acelgas o espinacas, genial, pero como llevara judía verde, la escupía. Aún se preguntan cómo las detectaba en medio del mejunje :D.
A mi mi madre me obligaba a comerme el pan, y siempre acababa comiendomelo de castigo con la fruta, porque antes no me lo había comido. Yo también me he hecho las pruebas de celiaquía de mayor…
Pues ya sabes que los anticuerpos negativos no descartan celiaquía y que los tantos por ciento de infiltrado linfocitario que usan muchos laboratorios para establecer el grado de daño intestinal están desfasados, ¿no? Hay mucha celiaquía infradiagnosticada por fallos de diagnóstico. Los médicos desconocen el protocolo del Ministerio de Sanidad. Hay que buscarse un especialista que de verdad conozca la enfermedad (en España hay pocos), apoquinar un dinerito y saber que, al final, la única prueba segura es la dieta sin gluten estricta por un período mínimo de seis meses, sin trazas ni contaminación cruzada. ¡Ah! Y tener claro también que, con todas las pruebas negativas (bien hechas, por favor, no las chapuzas que suelen hacer), si los síntomas remiten con dieta sin gluten se ha de establecer diagnóstico de sensibilidad al gluten.
Pues ya podian haber desarrollado esos locos bajitos ese instinto para evitar el pan y los gusanitos… Yo creo que es un problema de textura de los alimentos en muchos casos. Hay que educarlos, a los padres principalmente, que mania de darles un trozo de pan blandito.
Este titulo si que es atrayente, jejeje
¡Ups! Antes he dicho "endivia y espinaca". Cambiar por "endivia y escarola", me encantaba – y me encanta – la escarola en ensalada.
Mi hijo cuando tenía poco más de un año me pedía las verduras con las que le preparaba el puré y se las comía crudas, desde zanahoria hasta espárragos pasando por calabaza, calabacín , patata , tomate, judías verdes (las de hoja verde las pedía menos) etc.. Cuando tenía unos dos años dejó de hacerlo y empezó a comer menos verdura y menos pescado … Es que mira que ponerles en el estudio perejil y albahaca… seguro que con una zanahoria la cosa habría sido diferente…
Yo tengo miedo a que el día en que tenga hijos salgan como yo. Vomitaba la carne y el pescado, la mayoría de verduras no las soportaba, y lo único que por lo visto disfrutaba de comer era de yogur. Incluso más adelante recuerdo muy de pequeño que no me gustaba mucho la carne y ver u oler pescado me daba literalmente arcadas. Mi madre, que era muy del rollo de la new-age, decía que yo había nacido vegetariano… Yo no sé qué es lo que me molesetaría tanto, pero cuando pienso en cómo era yo como bebé (era un bebé de esos que no duermen ni comen, muy mono, eso sí xD), no sé cómo mis padres pueden quererme xD
Muy interesante este asunto y k haya un debate sobre esto
Deberiamos hacer mas caso a nuestros instintos, aunk muchos los hayamos perdido a base de maleducarlos
Mis hijos detestan la ensalada. No se la comen ni en el colegio. Pero nunca les he obligado a comer nada, así que simplemente no la comen.
Lo que sí les encanta son las cremas de verduras (puerro, calabacín, calabaza, cebolla, nabo…) con un buen chorretón de nata líquida. 🙂
Y me gustaría compartir con vosotros que he conseguido desintoxicar a mis hijos del Nesquik. Se acabó la semana pasada y ahora toman leche con cacao puro 100% y dos gotas de estevia. Eso sí, las galletas no consigo que las dejen.
Es lo que intento hacer entender a mi mujer, los niños muy pequeños no están influidos por la publicidad, ni tienen manías o caprichos, se guían exclusivamente por su instinto y el que todos estemos aquí significa que es efectivo, así que hay que respetar sus gustos aunque se opongan a lo que determinado "experto" pretenda.
Genial artículo. Siempre digo que a partir de qué momento y por qué motivos decidimos los adultos que el niño deja de saber instintivamente qué necesita comer para estar sano. Muchos lo tenemos claro mientras regulan con sus tetadas la composición y cantidad de la leche materna, pero algo ocurre después que nos hace entrar en la idea de que los niños se vuelven incompetentes con el tiempo, cuando en realidad estarían más entrenados y más reforzados por el resultado positivo de seguir sus apetencias en la finalidad de hacerles estar sanos. A los adultos no hay quien nos entienda.
Troleando…
http://thechive.files.wordpress.com/2013/11/potw-…
joios zampabollos, la madre que les pario…
Juanma, TROLEADOR!!!
Mira que estoy preparando una de toxinas que te voy a dejar hepático perdio 😛
Mola, mi higado está raro me pide gin tonics a tutiplen.
A mí me gustaría ir dejando la leche de continuación que no me gusta nada e introducir la de vaca … tiene 17.5 meses. Qué leche me recomendáis??
Le siguen saliendo granitos por las mejillas y ya no sé si puede ser de la leche de continuación o qué … tal vez por el DHA que le añaden? Porque cuando intento darle Omega 3 amanece con alguno nuevo.
Necesito una leche para el biberón de la noche.
Muchas gracias!!!
Elena lo siento, supongo que esperarias la respuesta de una madre, te paso unos enlaces que me parecen muy interesantes por si te interesan.
Un breve resumen, es dificil conseguir leche de buena calidad actualmente (I y II) y la experiencia de alimentacion a un bebe paleo: -Nada de formula, nunca. Leche materna 100% durante los primeros 4 meses, y todavía sigue sólo con la leche materna en adición a las comidas sólidas. (III y IV)
http://www.muscleblog.es/2012/04/la-verdad-sobre-…
http://www.muscleblog.es/2012/05/la-verdad-sobre-…
http://www.estilopaleo.com/2012/03/el-bebe-paleo-…
http://www.estilopaleo.com/2012/05/1-ano-despues-…
Gracias Juanma. Sí, ya sé q es difícil, por eso quería pasar a la de vaca, pero tampoco sé cuál o si debo prescindir de ella … voy a ver los enlaces, aunque el del bebé paleo ya lo había visto.
Perdonadme pero entre curro, exámenes y médicos no me da el tiempo a más.
Hace un tiempo @kewhiro enlazaró los productos http://es.holle.ch/es_ES/products/ como muy recomendados
Personalmente voy a intentar darle el pecho el máximo tiempo posible y luego pasaré a la leche de vaca o no dependiendo de si le gusta o no. No está escrito en piedra que sea necesario que tomar biberón por la noche, puede tomar un yogur o una papilla.
Me parece que en el tema infantil se abusa mucho del consumo de lácteos por norma.
Ana, a mi hija sí parece gustarle la de vaca, lleva dos días y la toma después de cenar, para dormir, como una forma de relajarse con algo caliente. La verdad es q le cuesta un montón dormirse, es lo único q me desespera (bueno, eso y los granitos dichosos, q no se le van. A ver si dejar la fórmula a yuda)
Sólo toma ese bibe y a veces de mañana, junto con algún yogur o cuajada a medio día.
Trackbacks
Hacer un comentario