Situaciones sociales que nos hacen comer y como manejarlas (1de2)

El otro día asistí a un cumpleaños en un parque de bolas (indoor playground). Mucho ruido, luces, niños corriendo y gritando por todas partes, en frente a mi, dos chicas comiendo tartas como si llevasen sin comer varios meses, ¿Qué estaba pasando?

Las situaciones sociales y algunas personas pueden dar al traste con cualquier esfuerzo por mantener una dieta saludable. Otras veces son nuestros sentimientos hacia ciertas comidas lo que provoca que comamos lo que no debemos en una cantidad nada recomendable.

efecto optico fondo

En estas situaciones siempre hay un fondo y un primer plano al igual que sucede con algunos efectos ópticos. Si el fondo es la propia situación (cena, cumpleaños, fiesta, relación emocional con las personas..etc) el primer plano es nuestra propia realidad (apetito, saciedad, lo que sabemos que nos conviene comer..etc) Lo habitual es que, en este tipo de situaciones, nos centremos en el fondo, te dejas llevar por la situación y es difícil estar centrado en uno mismo/a.

3 cosas a tener en cuenta:

1.- ¿Con quien comes?

A todos nos gusta caer bien, y solemos copiar comportamientos para ser aceptados. Comer lo mismo, la misma cantidad y del mismo modo puede ser algo intencional o inconsciente.

2.- ¿Por qué estás sentado/a en la mesa?

Comer es un placer, tengas hambre o no. En ocasiones especiales puedes comer por celebración, por compartir un momento agradable, para demostrar que las personas de la mesa son importantes para ti..etc.

3.- ¿Cómo te sientes cuando estás en la mesa?
Decides que comer y cuanto comer basándote en lo que sientes en el momento de sentarte, y no siempre somos conscientes de esos sentimientos. La confianza y la autoestima que sientes en ese momento es quien maneja tus emociones y con ello tus actos. Todos hemos comido de más cuando alguien con quien apenas teníamos confianza nos ofrecía repetir y tripitir otro plato, o no?

Mientras lees lo siguiente, trata de ponerle cara a los siguientes ejemplos

¿Con quien comes? = ¿Me ayudas o eres un obstáculo?

Las personas con las que compartimos mesa nos influencian, lo que tienes que averiguar es si lo hacen positiva o negativamente y clasificarlos.

Los que ayudan
Suelen ser personas con una relación sana con la comida. Comen a una velocidad normal. Tienen una actitud relajada en la mesa. No comen postre, si no quieren, aunque esté incluido en el menú y son capaces de rechazar comida si no tienen hambre. Si quedas a tomar café, te miran a los ojos y no a las pastas que hay en la mesa. Su hambre y no el entorno es quien decide cuando y qué comer. – Es importante tener personas que ayudan cerca, pero lo ideal es convertirse en una de ellas.

Los que son un obstáculo
Son quienes juzgan y/o comentan negativamente nuestras decisiones, la falsa preocupación (¿solo vas a comer eso?, come algo más estás muy delgado/a, come tarta que un día es un día, solo queda un trozo cómelo tu que no has comido nada) también entra en este tipo.
Su motivación no tiene que ser necesariamente mala, pero si están interpretando la realidad (tu realidad, peso, apetito..etc) subjetivamente y con ello te sabotean.

Tratar de razonar con estas personas o que reconozcan que te están faltando al respeto es muy difícil, lo mejor es poner distancia. Distancia en la mesa (si hay más gente te sientas en la otra punta) y distancia a la hora de comer juntos (aunque sea tu mujer/marido comes antes de que llegue o después.)

Es necesario marcar límites, como la manera en la que queremos ser tratados. Además es una forma de protegernos, ya que ante personas obstáculo podemos tener comportamientos de auto sabotaje o de aislamiento. El primer límite es el más difícil: Saber decir NO

Si no tienes hambre no comas, di claramente: “No gracias, estoy bien” y dilo con confianza y sin sentirte mal por ello o pedir perdón.

Si no aceptan un no por respuesta, no les des opción, adelántate:

Adoro a mi suegra, cuando comemos juntos ella es la que sirve los platos y está pendiente de lo que comemos para servir más comida. Basta un segundo de despiste al mirar la TV o el móvil para que, por arte de magia aparezca comida en mi plato. Comida que ni he pedido ni quiero comer. Si dejo la comida en el plato, hacen comentarios sobre si como poco, o si es una pena tirar la comida que ya está en mi plato cuando pude haber dicho que no la quería.

Por arte de magia la comida aparece en mi plato y por arte social de repente, soy culpable de tirar la comida. 

Lo primero que hice fue sentarme lo más lejos de mi suegra posible. Remoloneo hablando hasta que me pide el plato para servirme y le digo, uy no te preocupes que estamos muy lejos, ya me sirvo yo. Cuando termino de comer lo que hago es poner la servilleta de papel cubriendo la mayor parte del plato, es decir, es mi señal de que no quiero más comida, he terminado y no quiero sorpresas en mi plato, gracias. Nadie se atreve a servir comida encima de la servilleta y de hacerlo antes me piden permiso y digo: No gracias, estoy bien”. Un truco que os comparto sabiendo que mi suegra no lee este blog . :D.

Segunda parte: Temas de pareja que te hacen engordar (lo lees pinchando aquí)

Referencias:
Social matching of food intake and the need for social acceptance.
Social support for healthy behaviors: scale psychometrics and prediction of weight loss among women in a behavioral program
Mimicry of Food Intake: The Dynamic Interplay between Eating Companions

7 comentarios

  1. Muy buen articulo Ana, pienso que nos viene muy bien, por lo
    menos a mí. Muy buena salida, ponerte mas alejado y
    posteriormente, la servilleta, cuando has acabado. En algunos
    momentos, me he sentido muy identificado, cuando dices, que te
    miran a las pastas del café, en lugar de los ojos. Pero siendo
    yo, el que mira a las pastas… 🙁
    Aprovechando el comentario, llevo una semana ketoadaptandome
    (de nuevo), este verano, me he salido de mi estilo de vida. La
    cuestión, es que llevo cuatro dias sin ir al baño, he
    aumentado la sal, pero nada. Alguna idea.. Un beso y gracias
    por el articulo!!

    Comentario por David zORe el 18 septiembre, 2015 a las 09:40

  2. Ay Ana, me siento tan identificada con lo de tu suegra que no he podido evitar soltar una carcajada al leerlo.
    No es de las que me sirve comida así sin que me de cuenta, pero es muy cansina con el “come más que estás muy delgada”, “sólo vas a comer eso?”, “cómo es que hoy no comes queso de postre?”, “seguro que no quieres más?”, “venga, que no quede eso ahí” … buf, ya sé que no lo hace por mal, pero a veces cuesta no ser borde, porque siempre es lo mismo comida tras comida, año tras año … y ya van 9 años que hace que como en esa casa!!!
    Me costó mucho ya en su momento que entendiera que por mucho que me ponga el pan en mi sitio no lo voy a comer, y que no quiero patatas para acompañar, quiero verdura (ya sea cocinada o en ensalada).
    El problema de las suegras, bueno, de esa generación en general, es que asocian la gordura con la salud, y más teniendo en cuenta que mi suegra durante el embarazo de mi novio no comía casi nada y el pobre nació desnutrido, por eso fue un niño gordo toda la vida, ella se sintió culpable y lo embutió siempre, y todavía no “me perdona” por haber conseguido que adelgazara más de 20 kilos y sigue hoy en día en plan cansino para cebarnos a los dos!!!

    Comentario por Aldara el 18 septiembre, 2015 a las 09:48

  3. Jajaja, muy bueno Ana, creo que todos conocemos a personas como tu suegra, que como dices, a su manera lo hace con la mejor intención y habitualmente suelen ser personas que comen menos que la mayoría, vamos que si les dices “pues termínatelo tu para que no sobre” , ellos si que tienen muy claro que ” no les cabe ni un gramo mas”. En fin como comentas lo que hay que hacer es adaptarse y sobre todo saber decir no con asertividad , que viene muy bien para todo en la vida. Salu2

    Comentario por Gabriel el 18 septiembre, 2015 a las 09:56

  4. Hola Ana,
    muy interesante esta entrada, como siempre.

    Resalto un par de cosas. La primera, la importancia de prever con antelación qué va a suceder y planificar cómo vamos a reaccionar. Es decir, tener preparada una respuesta concreta ante una situación que nos parece previsible: poner la servilleta en el plato o sentarse lejos para dificultar que aparezca comida en el plato por arte de magia.

    Y la otra, convertir en hábito nuestra reacción. No podemos estar sufriendo cada vez que nos enfrentamos a una “tentación”. Pero si mentalmente llegamos a asociar un comportamiento con una situación, con el tiempo eso se convierte en lo habitual, nuestra respuesta automática, la que tenemos sin pensar, y ni siquiera tenemos que resistir la tentación porque ni nos planteamos que hay tentación. Por ejemplo, plantearse desarrollar el siguiente hábito: “cuando voy a casa de mi suegra como fruta de postre”.

    Unas personas necesitamos más tiempo que otras para convertir algo en hábito, pero el camino es el mismo: practicar esa asociación mental hasta que sea convierta en nuestra costumbre.

    Muchas gracias por esta excelente entrada 🙂

    Comentario por Vicente el 18 septiembre, 2015 a las 10:11

  5. Hola Ana, me ha gustado mucho tu post , jaja…
    Yo paso de todo el mundo, y lo que piensan y hablan de mi …sigo mi ruta y como lo que tengo que comer…y si no veo la comida que pueda comer, no como!
    Ya todo el mundo sabe, que soy rarita, pero cada vez mas, mas gente se interesa por mi alimentación y pide consejos, jaja..yo siempre digo que empiecen a leer MEGUSTAESTARBIEN..
    Si, lo de los niños y cumpleaños y fiestecitas, yo flipo con la gente! las barbaridades que comen los niños y los padres tan contentos y niños cada vez mas obesos…hay que ser ciego..
    Otro día me tocó a recoger a mi nieto (8 años) después del cole..y cuando sale la primera pregunta es si tengo la merienda para el …todos los padres tienen preparado sus bocadillos te todo el tipo (con nocilla,mortadela,…etc) o palmeritas, galletitas, los donuts, etc..
    Y yo le digo: esta vez tengo para ti el filete ruso hecho por mi (sin pan, sin ninguna cosa rara, solo la carne, grasa, cebolla y ajo) y se quedo tan contento y me dijo, que nunca comió filete ruso de merienda y que le gustó muchissimo!
    Un saludo..

    Comentario por MARGA el 19 septiembre, 2015 a las 09:54

  6. Ana, mil gracias! es que este finde me ha pasado exactamente esto: 3 fiestas, viernes tarde infantil, noche cena con amigas, sábado mediodía comida familiar y domingo tarde fiesta infantil: vamos 1,5kg de más en 2,5 dias!! Y ya lo veo, el fondo me arrastra! aunque no tenga hambre caen porquerías! y cuántas! Y estaba esta mañana dicéndome: cómo pude comer todo ese azúcar, cómo no me controlé…La moraleja del fondo intentaré grabarla a fuego.

    Comentario por Garoina el 21 septiembre, 2015 a las 12:01

  7. Hay que pensar que ese tipo de personas “tóxicas” en el tema comer, lo que tienen es falta de información. Siendo asertivo, la gente acaba comprendiendo, que no compartiendo (no es lo mismo). Todo el mundo tiene una tasa máxima de “no”, solo es cuestión de alcanzarla, y a partir de ahí todo va sobre ruedas.

    Yo tengo muy informado a mi entorno, ellos saben que no tomo lácteos, ni gluten/harinas, ni azúcar… Y simplemente lo tienen asumido.

    Cuando el evento es fuera de mi círculo, digo exactamente “no, gracias, estoy bien”, te lo juro Ana!!! con una amplia sonrisa, con firmeza y seguridad. Si surgen preguntas las respondo con la misma actitud, y ya está.

    Lo que no debemos hacer es caer en la tentación de dar lecciones y adoctrinar. Yo sé lo que me viene bien a mi y me lo aplico. Si tú quieres seguir este camino, bienvenido; si no, adelante.

    Jajaja y luego está el simpático/a que te suelta “pero tú qué comes para estar así???” Y yo digo “más bien, qué no como!!!”. Saludos.

    Comentario por Aixa el 24 septiembre, 2015 a las 01:13

Trackbacks

  1. Situaciones sociales que nos hacen comer de más y como manejarlas (2 de 2) | Me gusta estar bien

Hacer un comentario