¿Por qué se cita más veces un estudio peor diseñado?

Cada vez que se cita un estudio científico, este adquiere más valor e importancia, pero la mayoría de veces se citan porque su planteamiento, resultados y conclusiones avalan el argumento que queremos demostrar.

En el libro The Art and Science of Low Carbohydrate Living comentan varios casos que ilustran perfectamente lo humana y errónea que es la ciencia nutricional, ya no por lo referente al método científico, sino por la parte humana que siempre busca refrendar sus dogmas, creencias e ideas preconcebidas.

Sigue leyendo que esto es muy divertido. 

En 1976 se publicó un estudio titulado: “Composition of weight lost during short term weight reduction” (enlace) sus autores diseñaron el estudio para que 6 varones muy obesos siguieran durante 10 días, dos dietas líquidas con 800 calorías, relativamente bajas en proteína (50g/día) y con 90g/día o con 10g/día de hidratos de carbono, las diferencias calóricas se compensaban con mantequilla.

Se midió la pérdida de peso total y su composición. En la dieta con más cantidad de hidratos perdieron 0.28kg por día, en la cetogénica 0.47kg por día. La pérdida de grasa fue similar en ambas dietas. Las tasas de nitrógeno que medirían la pérdida de masa magra (era 1976 y no existía la tecnología que tenemos hoy en día) fueron de 1.6g/d en la alta en hidratos y 2.9g/d en la cetogénica. Sabiendo que 1g de nitrógeno es la cantidad neta en 28g de tejido magro, el total perdido en los 10 días del estudio no es una cantidad reseñable.

En la parte final escribieron que la mayor diferencia en pérdida de peso que correspondía a la dieta baja en hidratos, estaba en torno al 61% del total y compuesta de agua. Y por supuesto también hicieron notar la “ligeramente superior” pérdida de masa. Por suerte, se acordaron de señalar que un estudio a corto plazo no puede predecir la respuesta en un estudio con un período de tiempo más largo.

En 1984 en la misma revista científica, se publicó otro estudio titulado:  “Metabolic effects of very low calorie weight reduction diets” (enlace) donde a 17 mujeres se les diseñó dos dietas de 500 calorías que siguieron durante un máximo de 8 semanas. En ambos grupos se perdió el mismo peso pero las mujeres del grupo bajo en hidratos que consumían 1.5g de proteína por kilo de peso, mantenían mayor masa magra y mejor rendimiento físico que las que estaban en el grupo con hidratos que consumían 0.8g de proteína por kilo de peso (+0.7g de hidratos).

Lo diferente en este estudio es que demuestra que en dietas hipocalóricas mayor cantidad de proteína ayuda a preservar la masa muscular.

La ciencia detrás del estudio científico: La bomba sodio-potasio 

Cuando se plantearon ambos estudios ya se sabía que tanto el ayuno como la restricción de hidratos de carbono aumenta la excreción de sodio por los riñones. Estudios sobre el tema estaban muy al día en aquellos años, un ejemplo es “The natriuresis of fasting” (enlace)

En el estudio de 1976 los participantes tomaban 1.3g/d de sodio, en el estudio de 1984 tomaban 5g/d. Este es realmente el dato que explicaría porqué en el estudio de 1976 los participantes perdieron más agua y estarían más fatigados, mareados y con dolor de cabeza.

La diferencia en la cantidad de sodio, también explicaría porque en el estudio de 1984 no había diferencia entre la pérdida de agua entre los dos grupos y los participantes que tomaban menos hidratos no tenían dolor de cabeza, mareos y su rendimiento físico era mejor.

El sodio es un electrolito cargado positivamente que nuestro cuerpo usa para equilibrar la cantidad extracelular en contraposición con  la cantidad de potasio existente dentro de las células. La conocida bomba de sodio-potasio (enlace).

Si restringimos la cantidad de sodio unido a la diuresis natural que producen las dietas hipocalóricas o restringidas en hidratos lo que ocurre es que no se pueden mantener los niveles equilibrados de electrolitos. Las adrenales segregan aldoesterona que hacen que los riñones excreten potasio para compensar la previa pérdida de sodio y evitar que se continúe perdiendo. Salvo que la dieta contenga gran cantidad de potasio, perderemos el potasio intracelular. Lo que sentimos es malestar, dolor de cabeza, calambres musculares…etc. En el tejido muscular existe potasio, así que lo extraeremos de ahí con la consecuente pérdida de masa muscular a pesar de que la dieta contenga suficiente cantidad de proteína.

Resultados de los estudios: la parte humana de la ciencia

El estudio del año 1976 a día de hoy ha sido citado 117 veces. La mayor parte para defender la idea de que con las dietas bajas en hidratos se pierde más cantidad de agua pero no grasa. Y también para defender la idea de que con una dieta baja en hidratos o cetogénica se pierde más músculo.

El estudio del año 1984 solo se ha citado 77 veces. A pesar de ser más moderno, tener mejor diseño y seguimiento con un mayor número de participantes y mayor duración.

¿Por qué? Porque realmente no interesa la ciencia ni el método científico, lo que interesa es defender unas ideas o creencias y usas todo lo publicado a tu mano para refrendarlas.

El estudio de 1976 se cita como referencia en la mayoría de libros y artículos que se posicionan en contra de las dietas restringidas en hidratos de carbono. Autores que a menudo desconocen o desprecian la importancia del sodio en estas dietas. Citando artículos que tienen más años que ellos mismos y cuya “métodología” no aprobarían si se usase para contrariar sus propias ideas…. pero ya sabes, cualquier argumento es válido, cuando es MI argumento.