Salsa picante para churrasco, pierde peso y gana salud con la capsaicina

Si una salsa lleva haciéndose en mi familia  por décadas es esta. Mi padre es el encargado de la carne, acostumbra a hacer la costilla de cerdo solo con limón, eso sí mucho limón que va frotando sobre las piezas de carne en la brasa cada poco tiempo hasta que se hace completamente. Creo que es un poco vago y no le gusta marinar la carne antes, pero le disculpamos porque al final la carne está igualmente tierna y el toque final de sal marina gruesa le da el punto de sabor perfecto entre ligeramente ácido y salado.

Luego para los arriesgados está la salsa que yo preparo:

 Me cuesta repetir la receta pero voy a daros la más cercana a la original que recuerdo

Ingredientes para 1 litro:

1 diente de ajo (para que no repita sacamos el germen) 

1 cucharada de comino en grano

1 cucharada de pimienta negra en grano

1/2 cucharada de pimienta blanca en grano

1 par de cayenas (aji)

1 cucharada de cilantro o perejil

1 cucharada de orégano

1 cucharada de romero

1 cucharada de tomillo

Vinagre, Agua, Sal , Aceite de oliva virgen extra

En un mortero machacamos el ajo junto con el comino, los granos de pimienta y la cayena, hasta que obtengas una pasta. Puedes usar un poco de vinagre para ayudarte si ves que están muy seca.

Ponemos la pasta en un vaso de batidora junto con medio vaso de vinagre y medio de agua, añadimos el resto de especias y batimos.

Es conveniente dejar reposar la mezcla, para que los sabores se concentren.

Añade siempre la misma cantidad de vinagre por la misma cantidad de agua hasta obtener la cantidad que necesites de salsa.

Añade sal y aceite de oliva al gusto y listo.

Puedes hacer esta mezcla en grandes cantidades y guardarla para marinar tus carnes, al pollo le da un sabor exquisito. No tengas miedo a que se estropee, siempre la tendrás a punto.

Para quienes tengan sus reservas acerca la alcalinidad que tiene la carne, usar esta salsa ayuda a equilibra el ph, alimentos como el vinagre y el ajo son ácidos y contrarrestarían el ph de la carne, más aún si la marinas en limón o vinagre, mientras consigues que sea más tierna al cocinarla.

Si te gusta el picante pero no puedes con el vinagre otra opción es usar las mismas especias pero que la base sea un bote de tomate natural al que añadimos 3 cucharaditas de tabasco. Mmmmm delicioso!!

 

 Si alguna vez has oído decir a Arguiñano que las pepitas de la cayena, pimiento, jalapeños, chiles y demás es mejor sacarlas que quedan feas, debes saber que en esas pepitas es justo donde está la sustancia alcaloide que hace picante estos alimentos y a la vez los hace tan saludables: la capsaicina.

Protege tu corazón y sistema circulatorio con un efecto vasodilatador que evita la contracción de los vasos sanguíneos y hace que fluya más sangre, potencial para luchar contra las enfermedades cardiovasculares, y es antiinflamatorio además de antioxidante. Activa la circulación y el metabolismo, eleva la temperatura y envía señales al cerebro para que libere neuropeptidos que calmen el dolor que provoca el picor. Desde siempre se han usado en el tratamiento de la artritis y para aliviar el dolor. Ideal para personas con hipertensión y para quienes quieran perder peso, ya que la capsaicina suprime el apetito, impulsa la quema de calorías (preferentemente de grasa visceral) y supone una descarga de adrenalina en tu organismo. Y sobre todo hace que comer sea muy, muy divertido.

¿A que las pepitas ahora ya no te parecen tan feas?