¿Por qué estás enganchado al azúcar? 4 tipos
Nunca como hasta ahora el azúcar ha estado presente en nuestra dieta, y por azúcar hay que entender todo aquello que afecta y aumenta los niveles de glucosa en sangre, no solo hablamos del azúcar de mesa y Oh sorpresa! No tiene obligatoriamente que saber dulce. Piensa en la tónica o el Bitter Kas (enlace)
Ni decir tiene que el azúcar (su exceso dietético) es causante de muchos problemas de salud, no solo obesidad, el estreñimiento, la irritabilidad, fatiga, problemas hormonales, cándida e infecciones, pueden tener su causa o empeoramiento de síntomas en este tipo de alimentos.
Para poder desengancharte del azúcar primero hay que reconocer cuando y porqué lo necesitas. Y aunque parezca que la causa es psicológica siempre, siempre, siempre existe subyacente un desajuste hormonal.
TIPO 1: EL LADRÓN DE ENERGÍA
La falta de energía crónica, te hace vivir a base de “chutes” rápidos de azúcar y cafeína (red bull, cocacola…). Tu frase podría ser: hasta que me tomo un café no soy persona.
La solución más efectiva sería aumentar la energía, pero no con un parche temporal sino mejorando la dieta, ya que quien toma azúcar y cafeína es probable que apenas tenga tiempo para preparar la comida o comer sin prisas y no consuma la cantidad que necesita de proteína (aminoácidos), vitaminas y minerales, descansar más y mejor y relajarse o hacer ejercicio al aire libre (vitamina D).
Es necesario encontrar la causa de la falta de energía, ya sea hipotiroidismo subclínico, anemia ferropénica o simplemente una deficiencia de B12. Obligarte a dormir las horas que necesitas, es, a menudo, el milagro que andas buscando. Haz la prueba!!
TIPO 2: TENGO ESTRÉS, LO NECESITO
Te pones de mal humor e irritable cuando tienes hambre. A menudo durante el día o al acabar las tareas diarias llega el bajón y has aprendido que el azúcar te reconforta y te ofrece esa energía que te falta porque tu cuerpo ya no puede producirla. En vez de parar y descansar, quedan muchas cosas por hacer, dame energía rápida y que sea ya!
El estrés crónico hace que segregues cortisol y adrenalina que demandan un constante flujo de glucosa-insulina para poder manejar el estrés con más efectividad. Cuando llega la calma o dejan de “sobreproducirse” esas hormonas, es cuando llegan la ansiedad, inquietud e incluso lo que se conoce como debilidad o mareo. Necesitas comer y rápido, no te sientes bien y para mantener el tono mejor que sea algo dulce. Te lo has ganado!
Se solucionaría tomando vitamina C, magnesio+vitamina B6, vitamina B5 y cromo, pero lo imprescindible es aprender a manejar el estrés.
TIPO 3: NO ERES TÚ, ES TU MICROBIOTA
El metabolismo de nuestra propia microbiota puede desencadenar apetencias por los sabores dulces o determinados alimentos que a “tus bichitos” les gusta comer porque son aquellos con los que mejor sobreviven y se reproducen.
Puede que siempre sientes cansancio, no tienes fuerza de voluntad para resistirte a los dulces que sabes no te convienen, puedes tener alergias si provocan permeabilidad intestinal y ponen en jaque al sistema inmune.
Cada vez que comes algo con azúcar estás alimentando a levaduras como la candida, y es muy probable que pertenezcas a este tipo si tienes sinusitis o rinitis crónica, colon irritable, fatiga crónica o fibromialgia, acné (tratado con antibióticos) candida vaginal o SIBO.
Evita tomar antiácidos y esteroides, mide y en caso necesario suplementa la vitamina D3, trata de dormir todo lo que puedas, tu sistema inmune funciona mientras duermes, ten a raya el estres, hormonas como el cortisol (hormona esteroide) también suprimen el sistema inmune. Y por supuesto es necesario mantener una dieta específica.
TIPO 4: SON MIS HORMONAS
La apetencia por el dulce o ansiedad por comer hidratos refinados aparece durante cambios hormonales, es decir, antes de la menstruación, durante la menopausia o andropausia. Mujeres con síndrome premenstrual, ovario poliquístico, endometriosis son las candidatas perfectas.
Una glucosa por debajo de 85 en ayunas con triglicéridos por encima de 100 pueden indicar resistencia a la insulina, confirmando el diagnostico ginecológico. Asegúralo midiendo la insulina en ayunas y testosterona.
La bajada en progesterona (GABA) y/o estrógenos produce cansancio, irritabilidad, cambios de humor, ansiedad, falta de libido e insomnio. Te sientes triste, desanimada y buscas azúcar para sentirte mejor
En los hombres es más raro, pero una deficiencia de testosterona puede llevarles a sentirse deprimidos y es posible que el azúcar de elección sea el alcohol, cervezas, hidratos y la comida basura.
En estos casos se gana peso, sobre todo grasa visceral, explica el colesterol alto, hipertensión.
La solución vendría del uso de hormonas no sintéticas, aumentar nutrientes como magnesio, B12, B6, hierro y realizar una dieta baja en hidratos para vencer la resistencia a la insulina.
Referencias:
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